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October 31, 2012

Mind the Gap # 2 - Jim McCann & Rodin Esquejo

Logo courtesy of Michael Lapinski / Logo cortesía de Michael Lapinski
I think I was 12 years old when I first read a Sherlock Holmes book, and in an instant I became a fan of Sir Arthur Conan Doyle’s creation. Who doesn’t enjoy following clues and solving mysteries? Evidently, in the 21st century the classic ‘whodunit’ has changed. And “Mind the Gap” is a nice example of the creative alternatives we might find in this particular literary genre.

For starters, after being targeted for extermination, Elle, the protagonist, has survived a brutal assassination attempt. Except she hasn’t truly survived it. She’s in a comma, and yet she still retains her consciousness in an immaterial limbo inhabited by spectral people. She has one ability that no other “wraith” has… she can temporarily possess the body of people that are close to death, as she does at the beginning of the chapter. Will she learn to control this ability in time to save herself?

Elle is in-between places. She’s neither alive nor dead. Her comatose status seems to defy the pre-established natural order because there’s an impasse between symbolic death and real death. The real death should be the consequence of a heart that suddenly stops beating, the symbolic death, on the other hand is something cultural. The funerary rite is what helps humanity reorganize itself. Animals live and die anonymously, so to speak. For humans, unity and irreplaceability must be protected and remembered through language, that's why we speak of the dead, why we place tombstones and write epitaphs, thus creating what Jacques Lacan called "a second death" that pertains to the order of the symbolic.
Rodin Esquejo
So it’s quite interesting to see that while Elle is safe and sound in the symbolic limbo in which she is residing now, her body is still at the mercy of those who plotted her demise. If they find her in the hospital, she will die for real. In only two issues, writer Jim McCann has planted the kernel of doubt. Everyone is a suspect. And since every character that has appeared in these pages could potentially be the killer or killers, Jim has filled the comics with clues, inviting us to imitate Sherlock Holmes and come up with the most logical conclusion.
Elle & Bobby Plangman

In the hands of another penciler, including so many clues with subtlety would have been a difficult task. It was necessary to have an accomplished artist such as Rodin Esquejo. Rodin has a very clean line, a well-defined style that relies slightly on photographic realism while incorporating a certain fluidity that is unique to the comic medium. His clear brushes are also accompanied by the necessary level of detail required for each scene. So it’s easy for us, if we pay attention, to identify the hidden signs, the red herrings. As I read the letters section I was amazed to see the amount of readers that had already started hypothesizing about the identities of the perpetrators. 

Jim and Rodin are doing a truly outstanding job with “Mind the Gap”, forcing us to revisit their pages over and over again, just to make sure we haven’t missed any clue. You don’t need to be Sherlock Holmes to deduce that the best thing you can do now is read (or reread) “Mind the Gap”.

You can read the previous issue here: Mind the Gap # 1 
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What is Miles Gilbert hiding (besides his relationship with Crenshaw)?
/ ¿Qué oculta Miles Gilbert (además de su relación con Crenshaw)?
Creo que tenía 12 años cuando leí por primera vez un libro de Sherlock Holmes, y al instante me convertí en un fan de la creación de Sir Arthur Conan Doyle. ¿Quién no disfruta seguir pistas y resolver misterios? Es evidente que en el siglo XXI, el clásico "¿quién es el culpable?" ha cambiado. Y “Mind the Gap” es un buen ejemplo de las alternativas creativas que podríamos encontrar en este género literario.

Para empezar, luego de estar en la mira, Elle, la protagonista, ha sobrevivido un brutal intento de asesinato. Excepto que realmente no lo ha sobrevivido. Ella está en coma, y aun así retiene su conciencia en un limbo inmaterial habitado por seres espectrales. Ella tiene una habilidad que ningún otro "fantasma" tiene... puede tomar posesión temporal de los cuerpos cercanos a la muerte, y así lo hace al inicio del capítulo. ¿Aprenderá a controlar esta habilidad a tiempo para salvarse? 

Elle está en el entre-dos-mundos. Ni viva ni muerta, su estado comatoso parece desafiar el orden natural preestablecido porque hay un impasse entre la muerte simbólica y la muerte real. La muerte real debería ser la consecuencia de un corazón que deja de latir, la muerte simbólica, por otro lado, es algo cultural. El rito funerario es lo que ayuda a la humanidad a reorganizarse. Los animales viven y mueren anónimamente, por así decirlo. Para los humanos, la unidad y lo irreemplazable deben ser protegidos y recordados a través del lenguaje, es por eso que hablamos sobre los muertos, es por eso que colocamos lápidas y escribimos epitafios, creando de este modo lo que Jacques Lacan llamaba una segunda muerte que pertenece al orden de lo simbólico.
The big explosion / La gran explosión

Así que es muy interesante ver que mientras Elle está sana y salva en el limbo simbólico en el que reside ahora, su cuerpo está todavía a merced de aquellos que planearon su muerte. Si la encuentran en el hospital, morirá de verdad. En sólo dos números, el escritor Jim McCann ha plantado la semilla de la duda. Todos son sospechosos. Y como todos los personajes que han desfilado por estas páginas podrían ser potencialmente el o los asesinos, Jim ha llenado los cómics con pistas, invitándonos a imitar a Sherlock Holmes para llegar a la más lógica conclusión.

En manos de otro dibujante, incluir tantas pistas con sutileza habría sido tarea difícil. Era necesario contar con un habilidoso artista como Rodin Esquejo. Rodin tiene una línea muy limpia, un estilo bien definido que se apoya ligeramente en el realismo fotográfico mientras incorpora una cierta fluidez que es propia del medio del cómic. Sus claras pinceladas también están acompañadas por el nivel necesario de detalles que requiere cada escena. Así que es fácil para nosotros, si prestamos atención, identificar las señales escondidas. Al leer la sección de cartas me asombró ver la cantidad de lectores que aventuraban una hipótesis sobre la identidad de los culpables. 

Jim y Rodin están haciendo un grandioso trabajo con “Mind the Gap”, obligándonos a revisar sus páginas una y otra vez, para asegurarnos de no pasar ninguna pista por alto. No hace falta ser Sherlock Holmes para deducir que lo mejor que se puede hacer ahora es leer (o releer) “Mind the Gap”.

Pueden leer el número anterior aquí: Mind the Gap # 1