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February 29, 2012

The Strange Talent of Luther Strode # 3 - Jordan, Moore & Sobreiro

cover / portada
It’s easy to laugh, it’s hard to come up with something funny. You can try to write about an amusing situation, and your readers might react with total indifference or, even worse, generalized boredom. It makes me kind of panicky to include humorous moments in my 2 or 3 pages stories. I’m afraid of failure…

As I was reading the third issue of The Strange Talent of Luther Strode, I laughed out and quite loudly (I solemnly refuse to use the term ‘lol’). Justin Jordan accepts the challenge that I have always turned down. And he succeeds. As Luther Strode wears a black outfit to “patrol” the streets, the conversation between him and his best friend is hilarious. Rather than being surrounded in mystery, here the whole genesis of the “superhero” is surrounded in sarcastic commentaries, cynical opinions and the ‘real’, not the idealized reality we so often fantasize with. Luther soon realizes that patrolling the streets at night can be as boring as staying home watching TV. There are no criminals, no bank robbers, no nothing. 
Luther Strode

“I think that looking at porn, at school, during lunch, is a little extreme even for high school boys”, says Petra the morning after. This is the beginning of a page that I found extremely funny, but the interesting part here is that all the laughter and teen awkwardness conceal a not so amusing reality. Because Petra is hiding the evidences of the physical abuse she’s suffering at home. And, coincidentally, Luther and his friend had been watching a violent murder scene on an iPhone. Indeed, while Luther was wasting his time playing to be a hero, the sinister Librarian had brutally massacred two police officers.

Tradd Moore and Felipe Sobreiro combine their magnificent talents to provide us, the readers, with a very unique take on graphic violence. Reading one of the books of my former teacher, Constantino Carvallo Rey, I discovered an interesting opinion about corporeity. Adolf Portmann, a biologist, has highlighted the importance of the exterior aspect in the animal kingdom. The symmetrical and orderly appearance of humans (and other species) has nothing to do with the asymmetrical and chaotic distribution of the internal organs. What is visually stimulant and beautiful in the outside, is ugly in the inside. The viscosity of an intestine or the mucous membranes of our muscles could never compete in beauty with the feather of a bird or the smile of someone we love. Men, dogs, horses, all beasts can be strikingly attractive, but as soon as we dissect them, as soon as we look at what’s inside of it, a ghastly and sometimes revolting reality appears. After all, we do not want to see our lungs or hearts, because they remind us of our own mortality.

The presence of the body has been of paramount important since issue one. And the extremely violent disemboweling and maiming has given us just that, the ugly truth that hides beneath the attractive surface of the skin. Violence, like humor, can be quite tricky. It can appeal to the readers or it can make them feel disgusted. Moore is so dynamic with his lines, and Sobreiro is so careful with the coloring, that the resulting images makes us forget, at least for a few minutes, that we are supposed to feel repelled by the bursting of viscera and blood.      
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domestic violence / violencia doméstica

Es fácil reír, es difícil escribir algo divertido. Pueden intentar redactar una situación cómica, y los lectores pueden reaccionar con total indiferencia o, peor incluso, aburrimiento generalizado. Me da un poquito de pánico incluir momentos humorísticos en mis historias de 2 o 3 páginas. Temo fracasar...

Mientras leía el tercer capítulo de "The Strange Talent of Luther Strode", me reí a todo volumen. Justin Jordan acepta el reto que yo a menudo he rehuido. Y tiene éxito. Cuando Luther Strode se viste con un traje negro para "patrullar" en las calles, la conversación entre él y su mejor amigo es hilarante. Aquí el origen del "súper-héroe" no está envuelto en misterios sino, más bien, en comentarios sarcásticos, opiniones cínicas y el 'real', no la realidad idealizada con la que tanto fantaseamos. Luther pronto descubre que patrullar las calles de noche es tan aburrido como quedarse en casa viendo la tele. No hay criminales, no hay asaltantes de bancos, no pasa nada.
The Librarian / el Bibliotecario

"Creo que ver porno en el colegio, a la hora del almuerzo, es un poco extremo incluso para chicos de secundaria", dice Petra a la mañana siguiente. Este es el principio de una página extremadamente divertida, pero lo interesante aquí es que las risas y la torpeza de los adolescentes ocultan una realidad no tan risueña. Porque Petra está escondiendo las evidencias del abuso físico que sufre en casa. Y, curiosamente, Luther y su amigo habían estado mirando la escena de un crimen violento en un iPhone. De hecho, mientras Luther estaba desperdiciando su tiempo jugando a ser un héroe, el siniestro Bibliotecario había masacrado brutalmente a dos policías.

Tradd Moore y Felipe Sobreiro combinan sus magníficos talentos para entregarnos, a los lectores, una interpretación única de la violencia gráfica. Al leer uno de los libros de mi antiguo profesor, Constantino Carvallo Rey, descubrí un texto interesante sobre la corporalidad. Adolf Portmann, un biólogo, resaltaba la importancia del aspecto exterior en el reino animal. La apariencia simétrica y ordenada de los humanos (y otras especies) no tiene nada que ver con la asimétrica y caótica distribución de los órganos internos. Lo que es visualmente estimulante y bello por fuera, es feo por dentro. La viscosidad de los intestinos o las membranas mucosas de nuestros músculos jamás podrían competir en belleza con el plumaje de un ave o con la sonrisa de quienes amamos. Hombres, perros, caballos, todas las bestias pueden ser tremendamente atractivas, pero tan pronto como las diseccionamos, tan pronto como vemos lo que está dentro, aparece una horrible y a menudo repugnante realidad. Después de todo, no queremos ver nuestros pulmones o corazones, porque nos recuerdan nuestra propia mortalidad.
my sketch / mi boceto

La presencia del cuerpo ha tenido una importancia singular desde el primer número. Y el destripamiento o la mutilación de extrema violencia nos han dado justo eso, la fea verdad que se esconde detrás de la atractiva superficie de la piel. La violencia, como el humor, tampoco es fácil. Puede entusiasmar a los lectores o hacerlos sentir asqueados. Moore es tan dinámico con sus líneas, y Sobreiro tan cuidadoso con sus colores, que las imágenes finales nos hacen olvidar, al menos por unos minutos, que se supone que deberíamos sentirnos repugnados por el estallido de vísceras y sangre.