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December 4, 2022

November films / películas de noviembre

Taking advantage of the Thanksgiving break, I had enough free time to spend it wisely. And let’s face it, what can be wiser than watching such captivating titles such as Michael Grandage’s My Policeman (2022), a magnificent historical reconstruction of life in the UK in the 50s, revisited many decades after by the same characters. Time has passed, old age has settled in, but that doesn’t mean the past is gone, on the contrary, is still there, reshaping their lives. Harry Styles (Dunkirk) is a policeman who starts dating Emma Corrin while at the same time becomes friends with David Dawson, the sophisticated director of an important museum. As the relationship with the girl slowly progresses, the policeman lives a secret life, engaging in homosexual encounters with the museum director. The three characters spend a lot of time together and there is quite an interesting love triangle there, but what’s more shocking about the film is the realistic portrayal of police brutality towards homosexual men, and the dire consequences of being caught with another man. The final scene of the movie, when the wife of the former policeman leaves him alone with his real lover, is extremely touching, not only because of how deteriorated he is due to age and illness but also because there might not be much time left to mend those broken hearts.

Olivia Wilde directs Don’t Worry Darling (2022), a very interesting look on traditional gender roles as seen from the perspective of a (seemingly) happy married couple in an idyllic American suburb in the 50s.  Florence Pugh (Midsommar) is the perfect wife, she cooks amazing meals every day and eagerly awaits for her husband, Harry Styles (Eternals), to return from work, and she is always willing to have sex with him, regardless of place and time. However, from the first scenes, it’s made clear that there is something fundamentally wrong about this apparently perfect suburb. Chris Pine (Outlaw King) is the leader of a select group of families who has gathered everyone in this undisclosed location, to live the perfect life, or rather the life deemed perfect by him. All women are subservient to men, and none of them questions that except the protagonist, who starts defying the rules of the place to venture outside the urbanization, into a forbidden area. At times she seems to be losing her grip on reality, but she is always sure about that she loves her husband. The really scary moment comes when she starts questioning her entire reality and even that love, which seemed to be the only constant in her life. I’ll avoid spoilers, so I’ll just say that despite a few plot holes and inconsistencies, in general Wilde succeeds in showing us how women have changed over the decades, and relationships with men are different today. 

Based on real life serial killer Charles Cullen, Tobias Lindholm directs The Good Nurse (2022), a film with a unique claustrophobic atmosphere that constantly increases the level suspense, Eddie Redmayne (The Danish Girl) plays Cullen, while Jessica Chastain (Dark Phoenix) is Amy Loughren, the nurse who works with him. After a suspicious death happens, the hospital starts investigating, however, their lack of cooperation with the FBI makes things difficult. Although there is no blood or violence in The Good Nurse it’s still a magnificent example of horror, made it even stronger by the fact that all of these deaths happened in real life. The friendship between the protagonists saves Cullen in the early stages of the investigation, but then Amy starts suspecting the man she considered a friend might be in fact murdering patients in cold blood. Since the setting was a hospital, Cullen never had to dispose of the bodies (one of the biggest problems for serial killers) and he never used any weapon, only a combination of medicaments that in itself weren’t deadly but that combined in a certain way would prove fatal.

Paul Thomas Anderson’s Licorice Pizza (2021) is a rather peculiar movie, instead of a solid narrative is more a collection of anecdotes, all based on former child actor Gary Goetzman growing up in the San Fernando Valley, in California, in the early 70s. The protagonist is Cooper Hoffman (Philip Seymour Hoffman’s son) who is a 15 year old high school student who falls in love with Alana Haim, a 25 year old woman; they become friends and spend time together, but whenever the boy tries to have a real romantic relationship with her she breaks up with him and dates other guys, including veteran Hollywood star Sean Penn (The Gunman). Although the nostalgic representation of 70s California is interesting, I’ll have to say this is probably the weakest addition to Paul Thomas Anderson’s great career. It isn’t bad compared to other movies, but coming from him, I had much higher expectations.
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Aprovechando las vacaciones del día de acción de gracias, tuve suficiente tiempo libre para gastarlo sabiamente. Y seamos realistas, qué puede ser más sabio que ver títulos tan cautivadores como My Policeman (2022), de Michael Grandage, una magnífica reconstrucción histórica de la vida en el Reino Unido en los 50s, revisitada muchas décadas después por los mismos personajes. El tiempo ha pasado, la vejez se ha asentado, pero eso no significa que el pasado se haya ido, al contrario, sigue ahí, remodelando sus vidas. Harry Styles (Dunkirk) es un policía que comienza a salir con Emma Corrin al mismo tiempo que se hace amigo de David Dawson, el sofisticado director de un importante museo. A medida que la relación con la chica avanza lentamente, el policía vive una vida secreta y tiene encuentros homosexuales con el director del museo. Los tres personajes pasan mucho tiempo juntos y hay un triángulo amoroso bastante interesante, pero lo más impactante de la película es la representación realista de la brutalidad policial hacia los hombres homosexuales y las terribles consecuencias de ser atrapado con otro hombre. La escena final de la película, cuando la esposa del ex policía lo deja a solas con su verdadero amante, es sumamente conmovedora, no solo por lo deteriorado que está por la edad y la enfermedad, sino también porque puede que no les quede mucho tiempo para reparar esos corazones rotos.

Olivia Wilde dirige Don't Worry Darling (2022), una mirada muy interesante sobre los roles de género tradicionales vistos desde la perspectiva de una pareja casada (aparentemente) feliz en un idílico suburbio estadounidense en los 50s. Florence Pugh (Midsommar) es la esposa perfecta, cocina comidas increíbles todos los días y espera ansiosamente que su esposo, Harry Styles (Eternals), regrese del trabajo, y siempre está dispuesta a tener sexo con él, sin importar el lugar y la hora. Sin embargo, desde las primeras escenas, queda claro que hay algo fundamentalmente erróneo en este suburbio aparentemente perfecto. Chris Pine (Outlaw King) es el líder de un grupo selecto de familias que ha reunido a todos en este lugar de ubicación secreta, para vivir la vida perfecta, o mejor dicho, la vida que él considera perfecta. Todas las mujeres están al servicio de los hombres, y ninguna cuestiona eso excepto la protagonista, que comienza a desafiar las reglas del lugar para aventurarse fuera de la urbanización, a una zona prohibida. Por momentos parece perder el contacto con la realidad, pero siempre está segura de que ama a su marido. El momento realmente aterrador llega cuando comienza a cuestionar toda su realidad e incluso ese amor, que parecía ser la única constante en su vida. Evitaré los spoilers, así que solo diré que, a pesar de algunos agujeros en la trama e inconsistencias, en general, Wilde logra mostrarnos cómo han cambiado las mujeres a lo largo de las décadas y cómo las relaciones con los hombres son diferentes hoy.


Basado en el asesino en serie de la vida real Charles Cullen, Tobias Lindholm dirige The Good Nurse (2022), una película con una atmósfera claustrofóbica única que aumenta constantemente el nivel de suspenso, Eddie Redmayne (The Danish Girl) interpreta a Cullen, mientras que Jessica Chastain (Dark Phoenix) es Amy Loughren, la enfermera que trabaja con él. Después de que ocurre una muerte sospechosa, el hospital comienza a investigar, sin embargo, su falta de cooperación con el FBI dificulta las cosas. Aunque no hay sangre ni violencia en The Good Nurse, sigue siendo un magnífico ejemplo del terror, que se fortalece aún más por el hecho de que todas estas muertes sucedieron en la vida real. La amistad entre los protagonistas salva a Cullen en las primeras etapas de la investigación, pero luego Amy comienza a sospechar que el hombre al que consideraba un amigo podría estar asesinando pacientes a sangre fría. Como el escenario era un hospital, Cullen nunca tuvo que deshacerse de los cuerpos (uno de los mayores problemas para los asesinos en serie) y nunca usó ningún arma, sólo una combinación de medicamentos que en sí mismos no eran mortales pero que combinados de cierta manera resultarían mortales.

Licorice Pizza (2021) de Paul Thomas Anderson es una película bastante peculiar, en lugar de una narrativa sólida es más una colección de anécdotas, todas basadas en el ex niño actor Gary Goetzman que creció en el San Fernando Valley, en California, a principios de los 70s. El protagonista es Cooper Hoffman (hijo de Philip Seymour Hoffman) quien es un estudiante de secundaria de 15 años que se enamora de Alana Haim, una mujer de 25 años; se hacen amigos y pasan tiempo juntos, pero cada vez que el chico intenta tener una relación realmente romántica con ella, ella rompe con él y sale con otros hombres, incluida la estrella veterana de Hollywood Sean Penn (The Gunman). Aunque la representación nostálgica de la California de los 70s es interesante, debo decir que este es probablemente el punto más débil de la gran carrera de Paul Thomas Anderson. No está mal en comparación con otras películas, pero viniendo de él, tenía expectativas mucho más altas.

August 29, 2016

The X-Men # 11-16 - Stan Lee & Jack Kirby

If, for some fans, the first issues of X-Men were simply the warm-up, I think we could all agree that Stan Lee and Jack Kirby finally hit their stride in 1965. Unfortunately, they didn’t have enough time to celebrate their achievements. “The magnificently talented Jack Kirby had penciled the first eleven X-Men issues, and I would have loved it if he could have continued doing every one that followed. But the press of new assignments finally made it impossible for him to keep up the pace. So he had to eventually surrender the penciling chores”, explains Stan Lee in the foreword of Marvel Masterworks X-Men Vol. 2.

“The Triumph of Magneto!” (originally published in The X-Men # 11, May 1965) was Jack Kirby’s last issue as a penciler (this time inked by Chic Stone). Magneto tries to persuade the Stranger –a cosmic entity who has just arrived to our planet– to join the Brotherhood of Evil Mutants. However, Magneto is defeated and taken to another galaxy courtesy of the Stranger; furthermore, Scarlet Witch and Quicksilver decide to quit the Brotherhood of Evil Mutants.

Despite his departure, Kirby would continue to provide layouts for the next 5 issues, in addition to illustrating the covers as usual. So in “The Origin of Professor X!” (The X-Men # 12, July 1965) the penciler is the legendary Alex Toth and the inker is Vince Colletta. There is more than one secret revealed in this episode: first of all, the X-Men discover Cerebro, the machine that the Professor X had been using in secret to track mutants down. And Charles Xavier finally reveals details about his past: how his mother, after becoming a widow, married an ambitious and cruel man; how this man’s son, named Cain Marko, became an abusive stepbrother who hated Xavier; and finally how, under strange circumstances, Cain Marko found the temple of Cyttorak and was mystically transformed into the unstoppable Juggernaut.

“Where Walks the Juggernaut!” (The X-Men # 13, September 1965) is the second part of the intense and memorable first confrontation between the X-Men and the Juggernaut. In the previous issue, Stan Lee built up the tension carefully, by combining flashbacks about Xavier’s childhood and adolescence with the imminent attack of the Juggernaut. Finally, the X-Men do everything they can to stop an unstoppable enemy, and only the combined effort of the entire team, plus Xavier’s powerful mutant brain and the assistance of Human Torch –from the Fantastic Four– would allow them to win (worried about preserving the secrets of the School for Gifted Youngsters, Xavier quickly erases Johnny Storm’s memory). This issue was penciled by Werner Roth –who, for some undisclosed reason, signed under the pseudonym of Jay Gavin– and inked by the great Joe Sinnott.
The Stranger

After two magnificent issues, Stan Lee surprises his readers yet again, with one of the most captivating stories of the early days of Marvel: the Sentinels saga.  Everything begins in “Among Us Stalk...The Sentinels!” (The X-Men # 14, November 1965). Up until this point, Lee had barely touched upon discrimination in the lives of the mutants, and now we finally see how bigotry and intolerance can be much deadlier foes than the extravagant villains the X-Men had fought against so far. Eminent anthropologist Bolivar Trask affirms that “we’ve been so busy worrying about cold wars, hot wars, atom bombs and the like, that we’ve overlooked the greatest menace of all! Mutants walk among us! Hidden!”. Professor X immediately realizes the repercussions of Trask’s campaign. “It has finally begun! The one thing I always feared, a witch hunt for mutants!”, utters Xavier. The X-Men have always been a metaphor for fear, rejection and intolerance; and even if that wasn’t so clear in the first dozen issues, it becomes more than evident in the Sentinels saga. Bolivar Trask has created the Sentinels to hunt and exterminate mutants, but what’s even worse, by deliberately labeling all mutants as threats to mankind, he’s exacerbating discrimination on a global scale.  

“One of the things that has made the X-Men such worldwide fantasy favorites is their own personal relationships, the flesh-and-blood problems and traumas they experience in their own day-to-day lives”, affirms Stan Lee. The Sentinels saga was hugely successful because it confronted Xavier’s idealism with Trask’s fanaticism. Nevertheless, there are also very delicate and quite intimate moments shared by “the most unusual teen-agers of all time”. Let’s take a look, for instance, at the way Iceman behaves with a charming waitress, telling her that he has been “beating the girls away with clubs, as usual”. Time and time again, Iceman (Bobby Drake) seems to harbor doubts about his masculinity, and even Cyclops thinks that the best thing he can do is reaffirm manliness as the ultimate virtue: “You’re as much a man as any of us, Bobby! Never forget it!”.
Cain Marko & Charles Xavier
But above all, let’s observe the fascination Bobby Drake experiences when he helps his friend Warren Worthington III (Angel) in getting dressed (in a page wonderfully illustrated by Werner Roth and Vince Colletta). Not only is the captivated gaze upon the male body what strikes me as quite revealing in this scene, but also the way in which Bobby seems to enjoy touching his friend, protected under the excuse, or pretext, of helping him hide his wings. Bobby’s expression of pleasure and his relaxed demeanor perfectly complement the dialog. Warren expresses his concern about others finding out his true identity, and Bobby replies, amusingly, “Nobody would care, even if they found out about us”. The homoerotic subtext is more than evident, so it makes perfect sense that half a century later, when Bobby Drake finally came out of the closet, writer Brian Michael Bendis suggested he had a crush on his longtime friend and comrade Angel (a friend that Bobby would always follow, even after Warren left the X-Men to form a new team of superheroes named The Champions). 
Juggernaut
“Prisoners of the Mysterious Master Mold!” (The X-Men # 15, December 1965) and “The Supreme Sacrifice!” (The X-Men # 16, January 1966) are the final chapters of the Sentinels saga. Professor X actively participates in the battle, but despite all his efforts, the X-Men can’t defeat Master Mold, a gigantic sentinel that wants to create a vast army of sentinels and conquer the world. In the end, after understanding the noble motivations of the X-Men, Bolivar Trask realizes that by creating the Sentinels, he has betrayed the human race, and so the anthropologist sacrifices his life to destroy all the robots. Once again the penciler is Werner Roth and the inker is Dick Ayers. Kirby’s iconic covers have been imitated by countless artists through the years, and the unmistakable design of the Sentinels is perhaps one of the most inspired and enduring creations of ‘King’ Kirby. Thanks to the unprecedented success of this saga, the X-Men was “lifted to new heights of greatness”, changing from a bimontly to a monthly series. 
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Si bien para algunos aficionados los primeros números de X-Men fueron simplemente el calentamiento, creo que todos podemos estar de acuerdo en que Stan Lee y Jack Kirby, finalmente, alcanzarían la cúspide creativa en 1965. Por desgracia, no tuvieron tiempo suficiente para celebrar sus logros. “El magníficamente talentoso Jack Kirby había dibujado a lápiz los primeros once números de X-Men, y me hubiera encantado que él pudiese haber continuado dibujando los siguientes números. Pero debido a la presión de nuevas asignaciones finalmente fue imposible que él pudiese mantener el ritmo. Así que eventualmente tuvo que ceder las tareas de dibujo”, explica Stan Lee en el prólogo de las Obras Maestras de Marvel X-Men Volumen 2.
Human Torch versus Juggernaut

“¡El triunfo de Magneto!” (publicado originalmente en The X-Men # 11, mayo de 1965) fue el último número de Jack Kirby como dibujante (esta vez entintado por Chic Stone). Magneto trata de persuadir a Stranger -una entidad cósmica que acaba de llegar a nuestro planeta- para que se una a la Hermandad de Mutantes Diabólicos. Sin embargo, Magneto es derrotado y llevado a otra galaxia a manos de Stranger; adicionalmente, Scarlet Witch y Quicksilver deciden renunciar a la Hermandad de Mutantes Diabólicos.

A pesar de su partida, Kirby seguiría proporcionando bocetos durante los próximos 5 números, además de ilustrar las portadas como ya era habitual. Así, en "¡El origen del Profesor X!" (The X-Men # 12, julio de 1965) el dibujante es el legendario Alex Toth y el entintador es Vince Colletta. Varios secretos son revelados en este episodio: en primer lugar, los X-Men descubren a Cerebro, la máquina que el Profesor X había estado utilizando en secreto para rastrear mutantes. Y Charles Xavier finalmente revela detalles sobre su pasado: cómo su madre, después de enviudar, se casó con un hombre ambicioso y cruel; cómo el hijo de este hombre, llamado Caín Marko, se convirtió en un hermanastro abusivo que odiaba a Xavier; y, finalmente, cómo, en extrañas circunstancias, Caín Marko encontró el templo de Cyttorak y se transformó místicamente en el imparable Juggernaut.
Professor X versus Juggernaut
"¡Donde camina el Leviatán!" (The X-Men # 13, setiembre de 1965) es la segunda parte de la intensa y memorable primera confrontación entre los X-Men y Juggernaut. En el número anterior, Stan Lee había aumentado la tensión con cuidado, mediante la combinación de flashbacks sobre la infancia y adolescencia de Xavier y secuencias previas al ataque inminente de Juggernaut. Por último, los X-Men hacen todo lo posible para detener a un enemigo imparable, y sólo el esfuerzo combinado de todo el equipo, más el poderoso cerebro mutante de Xavier y la ayuda de la Antorcha Humana -de los Cuatro Fantásticos- les permitiría ganar (preocupado por la preservación de los secretos de la "escuela para jóvenes dotados", Xavier borra rápidamente la memoria de Johnny Storm). Este números cuenta con los lápices de Werner Roth -que, por alguna razón no revelada, firma con el seudónimo de Jay Gavin- y las tintas del gran Joe Sinnott.
Bobby Drake (Iceman) & Warren Worthington (Angel)
Después de dos magníficos números, Stan Lee sorprende a sus lectores una vez más, con una de las historias más fascinantes de los primeros días de Marvel: la saga de los centinelas. Todo comienza en "¡Entre nosotros acechan... los centinelas!" (The X-Men # 14, noviembre de 1965). Hasta ese momento, Lee apenas había mencionado la discriminación hacia los mutantes, y ahora por fin podemos ver cómo el fanatismo y la intolerancia pueden ser enemigos mucho más peligrosos que los villanos extravagantes que se habían enfrentado a los X-Men. El eminente antropólogo Bolívar Trask afirma que "¡hemos estado tan ocupados preocupándose por guerras frías, guerras calientes, bombas atómicas y similares, que hemos pasado por alto la mayor amenaza de todas! ¡Los mutantes caminan entre nosotros! ¡Ocultos!". El Profesor X se da cuenta de inmediato de las repercusiones que tendrá la campaña de Trask. "¡Finalmente ha comenzado! ¡La única cosa que siempre temí, una cacería de brujas orientada a los mutantes!", pronuncia Xavier. Los X-Men siempre han sido una metáfora del miedo, del rechazo y de la intolerancia; e incluso si esto no era tan claro en la primera docena de ejemplares, se vuelve sumamente evidente en la saga de los centinelas. Bolívar Trask ha creado los centinelas para cazar y exterminar mutantes, pero lo que es aún peor, al etiquetar deliberadamente a todos los mutantes como una amenaza para la humanidad, está exacerbando la discriminación a escala global.
Sentinels
"Una de las cosas que ha hecho que los X-Men sean los favoritos a nivel mundial son sus propias relaciones personales, los problemas de carne y hueso y los traumas que experimentan en su propia vida cotidiana", afirma Stan Lee. La saga de los centinelas fue un gran éxito, ya que enfrentó el idealismo de Xavier con el fanatismo de Trask. Sin embargo, también hay momentos muy delicados y bastante íntimos compartidos por "los más inusuales adolescentes de todos los tiempos". Echemos un vistazo, por ejemplo, a la forma en que Iceman se comporta con una encantadora mesera, al explicarle que él ha estado "alejando a las chicas a patadas, como de costumbre". Una y otra vez, Iceman (Bobby Drake) parece albergar dudas acerca de su masculinidad, e incluso Cyclops piensa que lo mejor que puede hacer es reafirmar la virilidad como la virtud suprema: "¡Tú eres tan hombre como cualquiera de nosotros, Bobby! ¡Nunca lo olvides!".
Master Mold
Pero, sobre todo, observemos la fascinación que experimenta Bobby Drake cuando ayuda a su amigo Warren Worthington III (Angel) a vestirse (en una página maravillosamente ilustrada por Werner Roth y Vince Colletta). No sólo está en juego la mirada cautivada por el cuerpo masculino, esta escena es también bastante reveladora por la forma en la que Bobby parece gozar mientras toca su amigo, protegido bajo la excusa o pretexto, de ayudarlo a esconder sus alas. La expresión de placer de Bobby y su actitud relajada se complementan perfectamente con el diálogo. Warren expresa su preocupación; él no quiere que los demás descubran su verdadera identidad. Bobby responde con gracia "A nadie le importaría, incluso si se enteraran de lo nuestro". El subtexto homoerótico es más que evidente, por ello tiene mucho sentido que medio siglo después, cuando Bobby Drake finalmente confesara su homosexulidad, el escritor Brian Michael Bendis sugiriese que él había estado enamorado de su viejo amigo y camarada Angel (un amigo al que Bobby siempre seguiría, incluso después que Warren abandonase a los X-Men para formar un nuevo equipo de superhéroes llamado The Champions).
the final battle / la batalla final
"¡Prisioneros del misterioso Molde Maestro!" (The X-Men # 15, diciembre de 1965) y "¡El sacrificio supremo!" (The X-Men # 16, enero de 1966) son los últimos capítulos de la saga de los centinelas. El Profesor X participa activamente en la batalla, pero a pesar de todos sus esfuerzos, los X-Men no pueden derrotar a Molde Maestro, un centinela gigante que quiere crear un vasto ejército de centinelas y conquistar el mundo. Al final, después de entender las nobles motivaciones de los X-Men, Bolívar Trask se da cuenta de que al crear a los centinelas, ha traicionado a la raza humana, por lo tanto el antropólogo sacrifica su vida para destruir a todos los robots. Una vez más el dibujante es Werner Roth y el entintador es Dick Ayers. Las icónicas portadas de Kirby han sido imitadas por innumerables artistas a lo largo de los años, y el diseño inconfundible de los centinelas es quizás una de las creaciones más inspiradas y duraderas de 'King' Kirby. Gracias al éxito sin precedentes de esta saga, los X-Men se "elevaron a nuevas alturas de grandeza", y la exitosa colección pasó de bimestral a mensual.

April 4, 2016

Providence Vol. 1 - Alan Moore & Jacen Burrows

Over a decade ago, Alan Moore undertook a daunting task: to explore the fantastic universe of one of the greatest masters of horror: H.P. Lovecraft. The first step was The Courtyard, and then came the Neonomicon. Both were firmly set in the 21st century, and it was exciting to observe how today’s world was subject to Lovecraft’s ancient and cosmic horrors.

Providence, on the other hand, takes place a century ago, in 1919. And this time, contemporary sensibilities seep through the narrative structure. Yes, we are looking at the past, but we’re focusing on the subversive elements of that era, on the ideas and concepts that even Lovecraft loathed. 

Robert Black, the protagonist, is a young man that hides his true nature from an intolerant and discriminatory society. First of all, he’s Jewish, but despite the rejection that could cause, he wouldn’t be punished for his religious beliefs. However, he’s also a homosexual, and in order to guarantee his survival, his private life is his biggest secret. In “The Yellow Sign” (Providence # 1, May 2015) we learn a valuable lesson: “Love is the only substantial thing […] to not love is to waste the existence”, but Robert cannot love, at least not openly, and he must sacrifice his freedom in order to preserve his job. 

So it is only with fear and hesitation that Robert meets Tom Malone, a dashing young man who seems to be well read and highly educated: “One of Poe’s greatest tricks, I think, was how he combined fiction with reality” suggests Malone. And I would dare say Moore shares with Poe a similar talent, an uncanny capacity to turn fiction into reality, to take historical facts and have them intertwined with the most insane ideas and terrifying concepts. Moore has a certain predilection for formative periods, such as the early 20th century in Providence and Lost Girls, or the late 19th century in From Hell and The League of Extraordinary Gentlemen. “Providence is an attempt to marry Lovecraft’s history with a mosaic of his fictions, setting the man and his monsters in a persuasively real America during the pivotal year of 1919; before Prohibition and Weird Tales, before Votes for Women or the marriage to Sonia, before the Boston Police Strike and Cthulhu. This is a story of the birth of modern America, and the birth of modern American terror” affirms Alan Moore.

In the same way that Lovecraft would suggest a subjacent horror in his stories, something which could not be easily perceived on the surface, the British writer focus on the idea that everyone in New York fights to preserve their secrets; there is indeed a hidden society within (or beneath) the city, a secret sect that may very well bring about mankind’s doomsday. 

If, according to classic psychoanalytic theory, we take for granted that “dreams or impulses of which we are not consciously aware may underlie our waking actions”, then we can relate to Robert’s personal conflicts. He has been repressing his dreams and impulses for so long, that he must dwell in the surface world even though a burgeoning pressure builds up deep inside of him. There is an undeniable sexual attraction between Robert Black and Tom Malone, but none of these men can openly talk about their feelings, secluding themselves in the dark basement of denial.

Historical accuracy and thorough investigations set the foundations of Providence’s impressive narrative. In “The Hook” (Providence # 2, July 2015) the real nightmare begins, as Robert Black goes from the surface world (the busy streets, the sunlight and the façade of normality that permeates Red Hook) to the underworld (first, the basement of a mysterious Mr. Suydam, and then a subterranean cave underneath the basement, and then an impossible black ocean that could never exist under the city). The scariest scene takes place as Robert Black enters into this nightmarish scenario and ends up finding an inhuman creature, uncannily repulsive.

“A Lurking Fear” (Providence # 3, August 2015), as the title may suggest, talks about the kind of fear that we can’t see with our eyes, but that we can still feel instinctively. Robert Black arrives to Salem and there he finds an unusual group of people, an unsettling ethnic group that at times seems closer to amphibians than mammals. In the same way that literary critics have proposed the iceberg theory concerning Hemingway’s novels, I think the same theory could be applied to Moore’s Providence. We get to see, over and over again, only the tip of the iceberg, while the massive structure remains hidden from plain view, thus turning this into one of the most sophisticated approaches to horror I could possibly think of. 
New York, 1919

There’s even more subtlety in “White Apes” (Providence # 4, September 2015). Alan Moore masterfully plays with different narrative levels, they all converge into the page but we can still examine each one of them separately. First, we have Robert Black’s point of view, and then we have a higher level that involves the reader, who gets to see things Black can’t, and then we have another level involving the paratext of the actual comic book.

Suspense continues to increase in the next chapter, aptly titled “In the Walls” (Providence # 5, September 2015). Robert Black’s investigation takes him to Saint Anselm University, in Manchester, whereupon he finds out more information about the Sedes Sapientiae, a secrey society that dabbles in occultism and other mysterious practices.

The conclusion of this first volume is extremely bloodcurdling, as we can see in “Out of Time” (Providence # 6, November 2015). As Black reads an alchemy book, an antique from the 16th century, his perception about time changes. The answers are in the book: “I am come here to tell you that the very soil beneath our feet was once no more than fleeting dream, and that it shall be so again, for only in the world that is below things does the real reside, and we and all our acts are but its shadow”, and those answers are also like clues that need to be followed carefully. Strange things happen to Robert Black, as time fluctuates around him, and so what seems to be a day actually takes place in 2 or 3 weeks; in this context, an already vulnerable Robert experiments a mental and physical violation that will cause him a nervous breakdown. 

Like Watchmen, Providence has a metatextual richness that I find admirable. At the end of each chapter, we get to see what’s going on inside Robert Black’s head. We have access to his journal, in which he shares his most intimate thoughts, as well as his fictitious tales. Moore effortlessly combines the crude reality of Black’s life (as well as his hidden homosexual encounters with anonymous men) with his love for fantasy, and the way he imagines stories that are yet to be written by him. In other chapters, Moore also includes the leaflets or books that Black is reading at the moment, and we get to read that as well, adding layers upon layers of narrative complexity.

While reading Providence, one must always be on the lookout for hidden details. Jacen Burrows does what Poe advised in “The Purloined Letter”, he hides things right in front of our eyes. Everything we need to see is right there on the page, but we can only find those visual clues if we pay attention very carefully to each panel (for instance, we can easily find visual references to The Courtyard). Burrows combines his love for details with his thorough reproduction of the architecture of this particular era. I can’t imagine the amount of historical research necessary for this ambitious project, and simultaneously I can’t picture a more capable artist than Burrows to get it done. Finally, I must express my admiration for the covers, each month I have a hard time deciding which variant cover should I get, as there are so many good alternatives that sometimes I wish I could get more than one.
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Hace más de una década, Alan Moore emprendió un ambicioso proyecto: explorar el universo fantástico de uno de los más grandes maestros del horror: H.P. Lovecraft. El primer paso fue The Courtyard, y luego vino Neonomicon. Ambos estaban firmemente anclados en el siglo XXI, y fue emocionante observar cómo el mundo actual era sometido a los horrores cósmicos y ancestrales de Lovecraft. 
Robert Black & Tom Malone

Providence, por el contrario, transcurre en el siglo pasado, en 1919. Y esta vez, la sensibilidad contemporánea se filtra a través de la estructura narrativa. Sí, estamos viendo el pasado, pero nos estamos enfocando en los elementos subversivos de aquella época, en las ideas y conceptos que incluso Lovecraft aborrecía.

Robert Black, el protagonista, es un joven que oculta su verdadera naturaleza ante una sociedad intolerante y discriminadora. En primer lugar, él es judío, pero a pesar del rechazo que esto podría causar, no sería algo tan grave. Sin embargo, también es homosexual, y con el fin de garantizar su supervivencia, su vida privada es su mayor secreto. En “El signo amarillo” (Providence # 1, mayo del 2015) se imparte una valiosa lección: “El amor es la única cosa fundamental [...] no amar es desperdiciar la existencia”, pero Robert no puede amar, al menos no abiertamente, y tiene que sacrificar su libertad con el fin de conservar su empleo.

Por eso, sólo el miedo y la duda acompañan a Robert cuando conoce a Tom Malone, un joven apuesto que parece ser muy culto y educado: “Uno de los grandes trucos de Poe, creo, fue la forma en la que combina la ficción con la realidad”, sugiere Malone. Y me atrevería a decir que Moore comparte con Poe un talento similar, una capacidad extraordinaria para convertir la ficción en realidad, para entrelazar hechos históricos con ideas alocadas y conceptos espeluznantes. Moore tiene una cierta predilección por los períodos formativos, ya sea el siglo XX en Providence y Lost Girls, o las postrimerías del siglo XIX en From Hell y The League of Extraordinary Gentlemen. “Providence es un intento de unir lo histórico en Lovecraft con un mosaico de sus ficciones, estableciendo al hombre y a sus monstruos en Estados Unidos de una manera convincente y verdadera, durante el año clave de 1919; antes de la prohibición y Weird Tales, antes del voto femenino o el matrimonio con Sonia, antes de la huelga policial de Boston y Cthulhu. Esta es una historia del nacimiento de la nación norteamericana moderna, y el nacimiento del terror norteamericano moderno”, afirma Alan Moore.
Subterranean world / mundo subterráneo
De la misma manera que Lovecraft planteaba un horror subyacente en sus historias, algo que no podía ser percibido fácilmente en la superficie, el escritor británico se enfoca en la idea de que todos en New York luchan por preservar sus secretos; en efecto, hay una sociedad oculta dentro (o debajo) de la ciudad, una secta secreta que podría causar la perdición de toda la humanidad.
In Black’s dreams, girls have pricks / en el sueño de Black, la chica tiene un pene

Si es que, de acuerdo con la teoría psicoanalítica clásica, asumimos que los “sueños o impulsos de los que no somos conscientes pueden estar detrás de nuestras acciones durante la vigilia”, entonces nos podremos identificar con los conflictos personales de Robert. Él ha estado reprimiendo sus sueños e impulsos durante mucho tiempo, y está atascado en el mundo de la superficie, lidiando con la creciente presión que se acumula en su interior. Hay una atracción sexual innegable entre Robert Black y Tom Malone, pero ninguno de estos hombres puede hablar abiertamente de sus sentimientos, quedando recluidos en el sótano oscuro de la negación.

La exactitud histórica y la investigación exhaustiva son los sólidos cimientos narrativos de Providence. En “El garfio” (Providence # 2, julio del 2015) la verdadera pesadilla comienza cuando Robert Black desciende desde el mundo de la superficie (las concurridas calles, la luz del sol y la fachada de normalidad que se respira en Red Hook) al inframundo (primero el sótano del misterioso señor Suydam, y luego una cueva subterránea debajo del sótano, y luego un vasto océano negro que no podría existir bajo la ciudad). La escena más aterradora ocurre cuando Robert Black se hunde en este escenario de pesadilla y encuentra a una criatura inhumana, extrañamente repulsiva.

“El miedo al acecho” (Providence # 3, agosto del 2015), como sugiere el título, se refiere a la clase de miedo que no podemos ver con nuestros ojos, pero que sí podemos sentir instintivamente. Robert Black llega a Salem y allí encuentra a un grupo inusual de personas, un grupo étnico inquietante que a veces parece estar más próximo a los anfibios que a los mamíferos. De la misma manera que los críticos literarios han propuesto la teoría del iceberg en relación con las novelas de Hemingway, considero que la misma teoría podría aplicarse a Providence de Moore. Llegamos a ver, una y otra vez, sólo la punta del iceberg, mientras que la estructura masiva permanece oculta a la vista; sin duda, es un enfoque del terror sumamente sofisticado.
Black meets a Salem resident / Black conoce a un residente de Salem

Hay aún más sutileza en “Simios blancos” (Providence # 4, setiembre del 2015). Alan Moore juega magistralmente con diferentes niveles narrativos, todos convergen en la página pero podemos examinar cada uno de ellos por separado. En primer lugar, tenemos el punto de vista de Robert Black, y luego tenemos un nivel superior que involucra al lector, capaz de ver cosas que Robert no puede percibir, y luego tenemos un nivel adicional que implica el paratexto del cómic que tenemos en las manos.

El suspenso sigue aumentando en el siguiente capítulo, acertadamente titulado “En las paredes” (Providence # 5, setiembre del 2015). La investigación de Robert Black termina en la Universidad de San Anselmo, en Manchester, allí desentierra más información acerca de la Sedes Sapientiae, una sociedad secreta experta en ocultismo y otras prácticas misteriosas.

La conclusión de este primer volumen es extremadamente escalofriante, como podemos ver en “Fuera de tiempo” (Providence # 6, noviembre del 2015). Mientras Black lee un libro de alquimia, un tomo vetusto del siglo XVI, su percepción temporal cambia. Las respuestas están en el libro: “Yo he de venir aquí para deciros que el suelo bajo nuestros pies alguna vez no fue más que sueño fugaz, y he aquí que así será de nuevo, ya que sólo en el mundo que está debajo de la superficie reside lo real, y nosotros y todos nuestros actos no son más que su sombra”, y esas respuestas son también pistas que deben seguirse con cuidado. Cosas extrañas le suceden a Robert Black, el tiempo fluctúa a su alrededor, y lo que parece ser un día realmente transcurre a lo largo de 2 o 3 semanas; en este contexto, un vulnerable Robert sufre una violación mental y física que le ocasionará un colapso nervioso.
Surviving in Manchester / sobreviviendo en Manchester

Al igual que Watchmen, Providence tiene una riqueza metatextual admirable. Al final de cada capítulo, podemos ver lo que piensa Robert Black. Tenemos acceso a su diario, en el que comparte sus pensamientos más íntimos, así como sus relatos de ficción. Moore combina la cruda realidad de la vida de Black (así como sus furtivos encuentros homosexuales con hombres anónimos) con su amor por la fantasía, y la forma en que se imagina historias que aún no ha podido escribir. En otros capítulos, Moore también incluye los folletos o libros que Black está leyendo en ese momento, añadiendo así capa tras capa de complejidad narrativa.

Durante la lectura de Providence, uno siempre debe estar atento a los detalles más recónditos. Jacen Burrows hace lo que Poe aconseja en “La carta robada”, esconde las cosas justo en frente de nuestros ojos. Todo lo que tenemos que ver está allí mismo, en la página, pero sólo podremos encontrar estas pistas visuales si prestamos atención muy cuidadosamente a cada viñeta (por ejemplo, podemos encontrar fácilmente referencias visuales a The Courtyard). Burrows combina su amor por los detalles con una reproducción minuciosa de la arquitectura de la época. Sería difícil adivinar la cantidad de investigación histórica necesaria para este proyecto de largo aliento, y al mismo tiempo me cuesta imaginar a un artista más capaz que Burrows para plasmar todo ello. Por último, debo expresar mi admiración por las portadas, cada mes paso por el complicado proceso de decidir cuál es la  portada que me gustaría tener, y es que hay muchas buenas variantes y a veces me gustaría adquirir más de una.

March 4, 2016

The X-Men # 1 & 2 - Stan Lee & Jack Kirby

Life is movement, change and constant evolution, but fewer times does that become clearer than when we leave childhood behind to enter into the uncharted territory of adolescence. Change becomes something very tangible and impossible to hide, the body is altered, mutated so to speak, and so is the personality. Teenagers are suddenly ready to confront parental authority, to defy rules and to do the kind of irresponsible and immature things that we can find amusing only years later, after having learned a few lessons.
Jack Kirby
Stan Lee was well aware of this when he started writing the adventures of the X-Men “the most unusual teen-agers of all time”, and of course it was only fitting that evolution would play a major role in his proposal. The X-Men marked a departure from previous works, unlike the first Marvel superheroes, the X-Men weren’t the result of a scientific experiment or a fortuitous technological accident. They were born Homo Superior instead of mere Homo Sapiens (like the rest of us); extra powers and abilities were a part of their DNA and these usually manifested as they reached puberty. 
Professor X (Charles Xavier)

That’s the reason why the X-Men need so desperately the guidance of Professor X, because they have all this incredible potential within them but they do not know how to develop it, and only Professor Charles Xavier can help them. Xavier’s mansion is the only school in the world that has only mutants as students, and the Professor’s ideology of humans and mutants coexisting peacefully is as noble as it is inspiring. In September 1963, the first issue of the X-Men hit the stands, and it revolutionized the comic industry, once again guaranteeing the success of Marvel Comics.  Stan Lee “emphasized strong characterization, crisp dialogue and breakneck pacing”, and all this can be observed in the pages of the X-Men’s debut. 

In issue # 1, Jean Grey arrives to the school, becoming Professor X’s newest pupil. She is the only girl in this male-centric environment, and obviously the boys are very excited to meet her, all save Bobby Drake (AKA Iceman). As one might expect, these hot-blooded, hormones-driven teens immediately start lusting after the red-haired girl, but 16-year-old Iceman simply walks away from his friends, explaining that he doesn’t consider girls “a big deal”. Warren Worthington III (AKA Angel) doesn’t pay attention to Bobby and is simply happy to have one less competitor. 

However, what is exactly going on in this particular scene? Why is Bobby the only one in the group not interested in girls at all? That was certainly the kind of question that could only be hinted at back in the 60s, but never fully answered. It would take decades until, in the hands of Brian Michael Bendis, Iceman would finally come out of the closet. This pivotal moment would take place in All-New X-Men #40 (April 2015), a surprisingly touching tale that reminds us that adolescents can have a hard time dealing with their feelings, and that understanding what they want or who they love, can be one of the hardest challenges ever. In the foreword of volume one of “Marvel Masterworks: The X-Men”, Stan Lee shares his opinion about Bobby Drake: “And then there was Iceman. I was really worried about how the readers would accept him”. In a world that fears and hates mutants, one can only imagine how difficult it was for Iceman to accept his true sexual orientation, risking even further discrimination.
Panel 1: all the boys are excited to meet Jean Grey, except Bobby Drake /
Viñeta 1: los chicos están entusiasmados por ver a Jean Grey, excepto Bobby Drake

The X-Men were a wonderful metaphor of all the doubts and self-loathing one might experience at that age. They already had plenty of personal problems to deal with and if that wasn’t enough, their first adversary was Magneto, who took over a military base in order to deploy its nuclear arsenal. The master of magnetism proves to be a powerful enemy, and although the X-Men rescue the soldiers and reclaim the base, they cannot capture Magneto. 

“No One Can Stop the Vanisher” (originally published in The X-Men # 2, November 1963) is the kind of fun and lighthearted adventure that was most typical in this era, but it also has a few interesting moments. When the X-Men are unable to defeat the Vanisher, an odd-looking mutant with the power of teleportation, Professor X enters into the arena and quickly subdues this foe with his mental powers. As a reader, and perhaps more importantly, as a fan, I’ve always said that Charles Xavier is the most powerful mutant on Earth, his telepathic powers make him invincible but that can be a problem in narrative terms. Because Xavier can easily act as a ‘Deus ex machina’, always saving his students in the proverbial nick of time.

The first issues were penciled by Jack ‘King’ Kirby and inked by Paul Reinman. Kirby’s covers are absolutely stunning, classic images that have inspired countless of artists in the past 50 years. With dynamic illustrations and very creative designs, Kirby “defined the super hero as never before – or since. This was the inimitable Marvel Style that set the tone, that became the standard by which all other comic art in America was judged”.
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La vida es movimiento, cambio y constante evolución, quizás esto sea aún más evidente cuando dejamos atrás la niñez para entrar al inexplorado territorio de la adolescencia. El cambio se convierte en algo muy tangible e imposible de ocultar, el cuerpo se altera, muta por así decirlo, y también la personalidad. Los adolescentes repentinamente están listos para enfrentarse a la autoridad de los padres, a desafiar las reglas y a hacer el tipo de cosas irresponsables e inmaduras a las que sólo les encontramos la gracia años más tarde, después de haber aprendido algunas lecciones.
Magneto

Stan Lee era muy consciente de esto cuando empezó a escribir las aventuras de los X-Men “los más inusuales adolescentes de todos los tiempos”, y por supuesto era lógico que la evolución jugase un papel fundamental en su propuesta. Los X-Men se distancian de proyectos anteriores, a diferencia de los primeros superhéroes de Marvel, los X-Men no fueron el resultado de un experimento científico o un inesperado accidente tecnológico. Nacieron Homo Superior en lugar de meramente Homo Sapiens (como el resto de nosotros); los poderes y las habilidades extras eran parte de su ADN, y se manifestaban generalmente en la pubertad.

Por esta razón, los X-Men necesitan tan desesperadamente la guía del Profesor X, porque ellos tienen todo este increíble potencial en su interior, pero no saben cómo desarrollarlo, y sólo el Profesor Charles Xavier puede ayudarlos. La mansión de Xavier es la única escuela en el mundo que sólo tiene mutantes como alumnos; y la ideología del profesor, humanos y mutantes coexistiendo pacíficamente, es tan noble como inspiradora. En septiembre de 1963, la primera edición de los X-Men salió a la venta, y revolucionó la industria del cómic, garantizando una vez más el éxito de Marvel Comics. Stan Lee “hizo hincapié en una caracterización fuerte, un diálogo ingenioso y una narrativa trepidante”, y todo esto se puede observar en el debut de los X-Men.

En el primer número, llega a la escuela Jean Grey, la nueva estudiante del Profesor X. Ella es la única chica en este entorno exclusivamente masculino, y obviamente los chicos están muy excitados por su presencia, todos, excepto Bobby Drake (más conocido como Iceman). Como era de esperarse, estos adolescentes impulsados por las hormonas y el ardor propio de la juventud, inmediatamente se sienten atraídos por la chica pelirroja, pero Iceman, a sus 16 años, simplemente se aleja de sus amigos, explicando que para él las chicas “no tienen nada de especial”. Warren Worthington III (más conocido como Angel) no le presta atención a Bobby y simplemente se alegra de tener un competidor menos.
Vanisher

Sin embargo, ¿qué es lo que está sucediendo exactamente en esta escena? ¿Por qué Bobby es el único en el grupo que no se interesa por las chicas? Esta era, sin duda, el tipo de pregunta que apenas podía ser insinuada en los 60s, pero que jamás podía ser contestada. Se necesitarían décadas hasta que, en manos de Brian Michael Bendis, Iceman finalmente saliera del closet. Este punto de inflexión ocurrirá en All-New X-Men # 40 (abril de 2015), un relato sorprendentemente conmovedor que nos recuerda que los adolescentes pueden tener dificultades para enfrentarse a sus sentimientos, y que comprender qué es lo que quieren o qué es lo que les gusta, puede ser uno de los retos más difíciles. En el prólogo del volumen uno de  Obras Maestras de Marvel: X-Men, Stan Lee comparte su opinión acerca de Bobby Drake: “Y luego estaba Iceman. Yo estaba muy preocupado por la aceptación que tendría entre los lectores”. En un mundo que teme y odia a los mutantes, uno puede imaginarse lo difícil que era para Iceman aceptar su verdadera orientación sexual, y arriesgarse a ser doblemente discriminado.

Los X-Men fueron una maravillosa metáfora de todas las dudas y complejos que uno podría experimentar a esa edad. Ellos ya tenían un montón de problemas personales con los que lidiar, y por si esto no fuera poco, su primer adversario fue Magneto, quien se apoderó de una base militar con el fin de desplegar su arsenal nuclear. El maestro del magnetismo demuestra ser un poderoso enemigo, y aunque los X-Men rescatan a los soldados y recuperan la base, no pueden capturar a Magneto.

“Nadie puede detener a Vanisher” (publicado originalmente en The X-Men # 2, noviembre de 1963) es el tipo de aventura divertida y desenfadada tan típica de esta época, pero también presenta algunos momentos interesantes. Cuando los X-Men no son capaces de derrotar a Vanisher, un mutante de aspecto extraño con el poder de la teletransportación, el Profesor X entra al ruedo y rápidamente somete a este enemigo con sus poderes mentales. Como lector, y quizás más importante, como fan, siempre he dicho que Charles Xavier es el más poderoso mutante de la Tierra, sus poderes telepáticos lo hacen invencible, pero esto puede ser un problema en términos narrativos. Porque Xavier puede terminar siendo un 'Deus ex machina', salvando siempre a sus estudiantes en el último segundo.

Los primeros números son dibujados a lápiz por Jack 'King' Kirby y entintados por Paul Reinman. Las portadas de Kirby son absolutamente impresionantes, imágenes clásicas que han inspirado a un sinnúmero de artistas en los últimos 50 años. Con ilustraciones dinámicas y diseños muy creativos, Kirby “definió al superhéroe como nunca antes. Este fue el inimitable estilo Marvel que marcó la pauta, que se convirtió en el estándar con el que se juzgaba al resto del arte del cómic en Estados Unidos”.